Las alfombras Kilim Afghan están tejidas a mano por turcomanos en el norte de Afganistán. Se utiliza una técnica tradicional de tejido para crear el típico patrón escalonado caracterizado por un pequeño espacio entre cada bloque de color. Para lograr esto, el tejedor devuelve la trama alrededor de la última urdimbre de un área de color específica y luego devuelve la trama del color adyacente alrededor de la urdimbre adyacente.
La cavidad formada entre los dos espacios debe ser visible, pero aún debe ser pequeña. Estas alfombras son notablemente duraderas y para garantizar que la estructura de los kelim permanezca fuerte, el tejedor debe asegurarse de que la trama esté bien apretada y que cubra completamente la urdimbre.
La antigua técnica de tejido utilizada permite al tejedor un mayor espacio para la creatividad, como resultado se producen kilims en esquemas de colores naturales y vibrantes con formas geométricas llamativas. Son complementos perfectos para el hogar moderno y tradicional debido a su versatilidad. Son muy apropiados para decorar pisos, paredes, colchas y muebles de la misma manera que los nómadas los usaron originalmente como revestimientos de pisos, bolsos o cortinas para tiendas de campaña.
Además de su versatilidad, los kilims son reversibles y presentan el mismo diseño por ambos lados, lo que significa que se pueden voltear y usar fácilmente si están sucios o manchados.